Somos portadores de memorias frágiles, la noción del tiempo nos suele superar y acabamos por sorprendernos de que cada año las estaciones marquen su territorio como lo han echo siempre...
Este invierno ha sido merecido acreedor de su apellido y nos ha obsequiado con todo lo que de el se esperaba y una visita al Gorbea nos vuelve a recordar la suerte de tener una montaña así cerca de casa para disfrutarla con todos sus vestidos , esta vez, de blanco .
Aúpa Mendikleta !!
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